Y tú, amigo gay, amiga lesbiana ¿le vas a dar la razón a Martha Chávez?
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El error fue claro desde un inicio: fuimos a por migajas. Un bienintencionado proyecto de Unión Civil -nadie dice lo contrario-, hizo que gays y lesbianas nos emocionáramos con la posibilidad de que parte de nuestros derechos civiles sean reconocidos. Que el Estado legalizara la decisión de unirnos a alguien con los deberes y beneficios que ello implica, hizo que sin sentirlo nos conformáramos. Nos equivocamos, claramente.
Nos equivocamos porque no caímos en cuenta que le dimos pie a lo más retorcido de la fauna política de este país a buscar desesperados formas de sabotear cualquier iniciativa, por mínima que sea, que nos reconozca como ciudadanos abiertamente no heterosexuales. Dimos pie a que gente como Martha Chávez jugara sus fichas y presentara un mamarracho que con la excusa de mejorar 'en algo' nuestra situación solo tiene un objetivo claro: que seamos invisibles.
Porque hoy que la fujimorista celebra que finalmente la Comisión de Justicia aprobó su 'Unión Solidaria', pretende mostrarse como una aliada de la comunidad LGTB. Dice que ella es bien comprensiva porque su peluquero le contó cuál es la situación de los gays y eso la animó a buscar una solución. Que ahora sabe que 'se nace así' y no se elige, porque si uno pudiera elegir optaría por la heterosexualidad ya que los homosexuales sufrimos mucho. Que su proyecto es más inclusivo porque una persona transexual fue a verla a su despacho a quejarse del proyecto Bruce. Que con su iniciativa los gays y lesbianas vamos a ser más felices porque no hará falta que 'revelemos' cuál es nuestra orientación sexual.
Y claro, uno la escucha y dan ganas de gritar "¡¿es en serio?!". Me pregunto si el peluquero de Martha Chávez se sentirá orgulloso de cómo ha materializado su clienta las explicaciones que le ha dado. ¿Será eso lo que realmente buscaba?
¿Por qué cree Chávez que hay tantas personas que 'sufren' por no poder decir abiertamente quienes son y preferirían ser 'heterosexuales'? Pues porque gente como ella siguen señalando, nada menos que desde el primer poder del Estado, que un gay o una lesbiana no son gente normal, que son 'situaciones fuera de lo usual' y que por tanto no pueden pretender tener el derecho de que el Estado reconozca su decisión de unirse legalmente con la persona que eligen tal y como lo hace un heterosexual. Argumentos que pregona con el mismo énfasis con que defiende su constitución del 93 y que provoca que en una sociedad machista y heteronormativa como la peruana, la homosexualidad siga siendo vista como lo malo, lo despreciable, lo dañino, lo que se debe ocultar.
Porque, ojo, ahora pretende voltear la tortilla -va sin segunda, lo juro-, y citar hasta el hartazgo un tuit en el que un dirigente del MHOL señalaba que un gay en el clóset es un enemigo y que se seguiría en la lucha hasta sacar a patadas a quienes permanecen dentro. ¿Cree realmente Chávez que la gente es estúpida? ¿Se imagina a batallones de homosexuales reventando a patadas a miles de peruanos -si es que no son millones- que viven ocultándose?
No me voy a esforzar en explicarle a la defensora de un gobierno nefasto, corrupto y manchado de sangre, lo que significa la importancia de ser transparente, respetuoso y justo. No vale la pena. Pero si voy a preguntarte a ti, gay, lesbiana o bisexual que lee esto ¿vas a darle la razón?
Que no te confundan. El autor de aquel tuit -que puede caerte bien o mal, ese no es el punto-, no buscaba 'generar violencia' como hoy no se cansa de repetir la que promovió la amnistía para miembros del Grupo Colina. Buscaba hacernos entender de que esta lucha no se trata de exigir 'el caprichito de casarnos'. Esto no es una cuestión solo de dinero, patrimonio o herencias. La Unión Civil y cualquier proyecto que en el futuro pueda mejorarla tiene un solo propósito: decir aquí estamos, soy gay, soy lesbiana y quiero tener el mismo derecho que un heterosexual de elegir si puedo unirme legalmente a alguien, formar una pareja y que las leyes de mi país nos reconozca como tal.
Aquí se trata de ser visibles. Nadie pide que salgas con un cartel en el pecho que diga qué es lo que te gusta hacer en una cama, sino que dejes de tener vergüenza de lo que eres. Por supuesto que el homosexual en el clóset es un enemigo, porque ayuda a cimentar el concepto de que serlo es 'inmoral', que está mal, ¡que le puedes generar traumas a un niño! Pero, claro, dirás que no es fácil, que tu familia no te entendería, que tus compañeros de clase se burlarían, que tu trabajo peligraría y es hasta cierto punto entendible. ¿Pero es acaso mejor vivir una vida de mentira? ¿No crees que siendo valiente -porque en este contexto hay que serlo- podrías aportar precisamente a que ello cambie? ¿No te das cuenta que tu silencio te hace cómplice de ese mismo odio en la gente al que temes y que te hace permanecer en el clóset? ¿No te das cuenta que con ello le sigues el juego a gente como Martha Chávez?
Olvídate de la unión civil, de la unión solidaria y si algún día se aprueba el matrimonio igualitario no te cases si no te da la gana. Simplemente no te ocultes más. Porque doña Martha cree que te está haciendo un favor dándote la oportunidad de 'unirte' a alguien sin que reconozcas quién eres. Porque en su lógica es algo por lo que 'naturalmente' debemos sentirnos avergonzados.
Mírate en un espejo y pregúntate si realmente quieres darle la razón.
"Lamento y siempre lamentaré no haber sido consciente de la importancia que tenía haber hecho pública mi homosexualidad mucho antes. Creo que si lo hubiera hecho, habría sido una persona diferente. Sobre todo, una más feliz" - Ian McKellen
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