No creo exagerar si afirmo que muchos a los que ya nos atrapa la segunda mitad de la base dos en adelante, tenemos aún en la cabeza como banda sonora de nuestras reuniones familiares una recatafila de merengues que los adultos de nuestras familias coreaban hasta que apareciera hasta la primera señal del amanecer. Bautizos, quinceañeros, matrimonios y demás fiestas familiares a las podíamos acceder a nuestra edad como simples espectadores desde algún rincón, pero que gozábamos igual.
Muchas de las canciones de la larga lista de 'hits' noventeros y ochenteros que coreaba por entonces medio continente, recaían en una de las orquestas más originales de la época: Las Chicas del Can. ¿Dónde estaba la particularidad? En que estaba conformada únicamente por mujeres, algo que cambió por completo el género tropical en la República Dominicana y los países caribeños ya que hasta ese momento habían sido encasilladas como coristas o bailarinas. Nadie había imaginado antes ver en un conjunto a mujeres ejecutando la tambora (clásico instrumento del merengue), las percusiones o los instrumentos de vientos con una maestría que no tenía nada que envidiar a las clásicas agrupaciones masculinas.
Eunice Betances, una de las integrantes originales y vocalista, ha muerto este viernes tras librar por más de un año una dura batalla contra el cáncer de mama. Se trata de la primera integrante de la orquesta que deja de existir y la noticia ha sorprendido no solo en su país natal sino en la mayoría que recuerda el furor que significaron pese a que ya han pasado casi dos décadas de su desintegración.
Betances, sin embargo, fue una de las que continuó en el mundo de la música al lado de la vocalista principal Miriam Cruz y la percusionista Teresa Domínguez -la popular Juana la cubana-. Juntas continuaron como trío en el proyecto de relanzamiento de la carrera de Cruz, el mismo que los últimos años ha dado sus frutos convirtiéndola nuevamente en una figura dominante en el mundo del merengue. La amistad entre estas continuó inquebrantable, aunque en 2012 Domínguez decidió seguir con proyectos personales y Betances optó por dejar todo el protagonismo a Miriam aceptando ser su corista.
Los años han pasado y los públicos cambian. Pero muchos de los que crecimos y nos animamos a tocar instrumentos (en mi caso, la güira) gracias a esos artistas que nos hicieron sonreír haciendo bailar a quienes más queremos, nuestras familias, no podemos evitar emocionarnos cuando uno de estos se va. Vale un gracias, un recordar su música y un 'nadie nos quitará lo bailado'.
EL Waka Waka (el original, o al menos el que se popularizó primero)
Fiebre, a fines de los 80
En la Feria del Hogar de 1987
Y bueno, no podía faltar...
(Min 2:40) Y solo para demostrar que como el vino...